Inspirados por el título de la película de Sidney Poiter, hoy queremos hablar de la noche. Pero en vez de sobre su “calor” (de lo que también se podría hablar largo y tendido, pero no en este blog), sobre su “color”.
Si uno piensa en los colores de la noche, el primer pensamiento que normalmente le viene es con un negro generalizado. Pero el primer contraste llega cuando a nuestra imagen predefinida añadimos una gran luna llena. El blanco entra en acción, llenando de matices, en ocasiones con ayuda de las brillantes estrellas, la oscuridad inicial.
Otro fenómeno natural que cambia el aspecto del cielo son las Auroras Boreales. Mucho más difícil de observar, sobre todo si se está lejos de los países cercanos a los polos, pero realmente espectacular. El cielo, por ejemplo, pasa a ser verde o naranja por unos instantes. Asombroso.
También nuestras ciudades pueden cambiar el color de la noche. Seguramente por motivos menos naturales que los anteriormente descritos, pero nos guste o no, el resultado también es admirable. Las luces de una gran urbe pueden añadir violeta o azul al firmamento.
Así que parece claro que el negro no está solo durante la noche. Y por lo tanto puede estar acompañado en una habitación. Nosotros en esta cocina lo hemos combinado con el Blanco Absoluto y el Memorias de África.
Con nuestra aplicación sabréis que otras opciones tenéis. De esta manera podéis tener una habitación que os recuerde a la noche… con todos sus matices.
Deja una respuesta